“Los resultados revelan que tras un paseo de un par de horas por el bosque se estabiliza la actividad nerviosa autónoma en los humanos”
Traducir shinrin-yoku como baños de bosque vuelve a ser un acto eventual. El bosque, los bosques, son hoy un lugar pintoresco porque están cercados y amenazados. En otro tiempo eran parte de nuestro habitat. Por eso en lugar de bañarnos en el bosque deberíamos aspirar a habitar en él de forma continuada y respetándolo. Es difícil porque ya somos demasiados y porque se necesitarían varias hectáreas de bosque para que un mamifero humano no las degradara bañándose intensivamente en ellas. El shinrin-yoku nos recuerda que somos lo que bebemos, lo que comemos, lo que sentimos, respiramos y lo que pensamos. En algunos bosques todavía estas cosas pueden hacerse de forma casi ancestral devolviéndonos nuestra esencia si sabemos beber, comer, sentir, respirar y pensar correctamente, algo que el bosque no nos enseñara si antes no lo llevamos dentro.
El bosque no es una bañera ni una eventualidad ; )